viernes, 4 de octubre de 2013

PORQUE TRABAJAR Y SU ETICA

QUE PENSAMOS ACERCA DEL TRABAJO
Para muchas personas la única idea de trabajo es algo fastidioso y que se debe hacer sólo por dinero, obviando el hecho de que el trabajo nos forma como personas. El trabajo para muchos es un lugar pálido q ocupa un periodo de nuestra vida y que más vale olvidar. La vida sólo empieza para muchos a la salida. Se olvidan de todo lo que puede estar relacionado con su papelería, con su mesa y su ordenador gris; con su, en suma, monótona rutina. Algo que se hace sin pensar y de manera regular y casi instintiva. Aceptando como cierto ese concepto (que no comparto) se debe tener en cuenta que el trabajo es un momento del que se deben sacar jugo y del que se deben sacar unas posteriores conclusiones para aplicar a “la vida exterior”. Se debe tener el cuenta que el trabajo ennoblece y nos hace más capaces para muchas cosas de forma indirecta.
El trabajo entendido como algo innecesario y casi estúpido es una pérdida de tiempo que hace miserable al individuo. Éste debe pugnar por levantar su existencia al salir del edificio. ¿Por qué no comenzar levantando la existencia - que nadie dijo q debía de estar arrastrada - desde el momento que nos levantamos hasta que termina la noche!!!

LA ÉTICA LABORAL
El trabajo no es algo que deba ser remunerado ni obligatorio si no absolutamente voluntario. El trabajo es algo que nos forma como personas y nos permite disfrutar de la vida. Es más el trabajo nuestro es la vida y nuestra obligación es disfrutarlo con honestidad y empeño porque nuestra única verdadera posesión es la vida.
Disfrutar de la vida, terminarla de modo que tengas la sensación que has hecho todo lo necesario, todo lo que debías hacer, es harto difícil. Para ello se debe alcanzar un nivel de bienestar casi perpetuo en el que la honestidad (para con uno mismo,
Nuestro trabajo es, como conclusión, nuestra vida y su completo aprovechamiento. Para hacer esto no nos cabe otra opción que ser humanos y fieles a la dinámica y fuerza de la vida. Y nuestra vida es el día a día, el presente y no el futuro; que no sólo uno mismo pueda ver el sol y la luna si no todas las personas que estén a tu alrededor y a las que uno quiera.
Seguro que el número de gente que se arrastra por la vida es de grandes proporciones. La vida es como la salud, no se da uno cuenta de que la tiene hasta que escasea (los muertos, evidentemente, no se dan cuenta de nada). La vida es como la libertad también, no se da, se toma. Si el trabajo es la vida no hay necesidad de complicarse mucho, simplemente hay que ser honesto y tener fe en la propia esperanza cuando no queda nada más a lo que asirse...

ATT: DIANITA C.

viernes, 20 de septiembre de 2013

BUDISMO

BUDISMO
El Budismo se originó en la India del siglo VI a.C. y se propagó rápidamente por el mundo asiático, asimilando valores y generando adaptaciones que dieron lugar a cambios importantes en sus principios doctrinales. Su fundador fue Siddharta Gautama, príncipe de la tribu Shakya, quien en busca de la verdad y del origen del sufrimiento del mundo llegó a obtener la iluminación (bodhi) o conocimiento perfecto, por lo que se le conocería como Buda (el iluminado, o mejor el lúcido).
La doctrina y enseñanzas propias de Buda se definen en las llamadas cuatro verdades:
× Toda existencia es sufrimiento: el nacer, la vejez, la muerte.
× La causa del sufrimiento es el deseo, por los placeres, por la vida...
× La eliminación de los deseos es el fin del sufrimiento.
× El medio de suprimir los deseos es seguir una forma de vida recta, indiferente a los placeres, a la muerte y alcanzar el nirvana, o liberación de todo deseo o sufrimiento.
El budismo eliminó las barreras sociales del sistema de castas hindú y aunque conserva entre sus ideas fundamentales la creencia en el ciclo de reencarnaciones, una de las bases de su doctrina es que no existe el alma inmortal (anatta). El hombre está compuesto de elementos materiales; átomos en movimiento que, a su muerte se desintegran sin dejar huella.
Se divide en varias escuelas o sectas que por su área de influencia parecen obedecer a zonas geográficas homogéneas:
×El budismo Theravâda o Hinâyana (Sudeste asiático y Sri Lanka). La salvación se obtiene de forma individual, sus adeptos son sólo monjes que han renunciado al mundo y viven en monasterios dedicados al estudio y meditación con la esperanza de llegar a ser un arhat, hombre perfecto libre del dolor y del sufrimiento y que alcanzando el nirvana evitan caer en el ciclo de las reencarnaciones.
×El budismo Mahâyâna (Nepal, China, Corea, Japón). El camino para obtener la salvación no es solamente para los que se apartan del mundo; todos pueden llegar al estado de Buda o de bodhisattva. Por eso se le denomina Mahâyâna o "gran vehículo" en oposición al Hinâyana o "pequeño vehículo".
×El budismo Tantrayana o Vajrayana (Tibet, Mongolia). Originario de la India, conserva la multiplicidad de símbolos del hinduismo y se caracteriza por su índole marcadamente tántrica o iniciática (Vajrayana) y por haber acogido en su seno, aunque transformándolas, una parte de las creencias y prácticas de la religión vernácula. Entre sus peculiaridades destacan la doctrina del más allá, sintetizada en la obra conocida como El libro de los muertos tibetano, y la institución carismática de los lamas reencarnados.
El Lama (gurú en sánscrito) es el maestro espiritual y la figura principal de la tradición tántrica, es por ello que los textos budistas recuerdan que aunque el Buda Shakyamuni es el fundador de la doctrina, son los lamas quienes la transmiten.
La condición de lama -adepto laico del tantrismo o monje, hombre o mujer- es independiente del grado eclesiástico o de la mayor o menor erudición de la persona, estando relacionada exclusivamente con su calidad espiritual y experiencia iniciática. Pero encontrar un lama fidedigno, dicen las escrituras, es como hallar una joya valiosa. De ahí el tratamiento honorífico: Rimpoche, "preciado", que se da a los lamas reencarnados (trulku), título que se extiende por cortesía a los lamas en general y a los abades de los monasterios.

FUNDADOR
Siddharta Gautama, llamado también Sakyamuni, vivió al norte de la India entre los sí. glos VI y V antes de la era cristiana. Después de una vida principesca y luego ascética, por la meditación llegó al estado de conciencia suprema que hace de él el Buda, el «Iluminado».
Con sus sermones fundó un camino diferente del hinduismo: el Buda-shasana o enseñanza de Buda.



TEXTO SAGRADO

Las escrituras antiguas están divididas en tres cestos: vinaya, reglas de la vida monástica;
sutra o sermones de Buda, y abhidhanna, estudio de algunos puntos de la doctrina. La tradición, a través de los años y las culturas, no ha dejado de ampliarse, de manera que cada escuela búdica tiene su propia recopilación de sutra, en pali, sánscrito, chino y tibetano.
CORRIENTES

Las diferentes escuelas se reagrupan en tres corrientes, que divergen en su comprensión de Buda, su filosofía y su disciplina: el theravada es la doctrina de los antiguos, practicado en Sri Lanka y hasta en Vietnam; el mahayana o Gran Vehículo, desarrollado en China, Corea, Vietnam y Japón, sobre todo con las escuelas Zen y de la Tierra Pura; el vajrayana o vehículo del diamante caracteriza a la tradición tibetana.

CONVICCIONES FUNDAMENTALES

Partiendo de las nociones indias de karma, retribución de. los actos, y de samsara, ciclo de renacimientos o reencarnaciones, la enseñanza de Buda se basa en la ausencia de sí mismo -anatma-, la impermanencia de las cosas -anicca- y el sufrimiento -dukkha-; desarrolla las «Cuatro Nobles Verdades» sobre la universalidad del sufrimiento que se desprende del deseo y el camino que lleva a su cesación por el «Noble Sendero Óctuple» (exactitud de la comprensión -el pensamiento -la palabra -la acción -los medios de existencia -el esfuerzo -la atención -la concentración). El nirvana es la extinción de cualquier atadura. La corriente mahayana puso el acento en la vacuidad -shunyata- de cualquier realidad aparente y exaltó el ideal de los bodhisattva, comprometidos por votos a liberar a la humanidad.


PRECEPTOS DE CONDUCTA

La moral búdica -sila- se basa en diez prescripciones; las cinco primeras conciernen a todo el pueblo: respeto a la vida, respeto a la propiedad, rechazo de la sexualidad .desordenada, respeto de la verdad y abstinencia de bebidas embriagadoras; las cinco suplementarias están reservadas a los monjes. En relación al bodhisattva, la tradición mahayana cita diez perfecciones -paramita-: caridad -paciencia -energía -meditación y sabiduría a las que se agregan: el método -los votos -la resolución -el conocimiento de todos los dharma.

ACTITUD HACIA OTRAS RELIGIONES

La enseñanza búdica que desde la India se extendió por Asia dio prueba de una capacidad muy grande de adaptación religiosa y cultural. Coexiste con otras religiones en una tolerancia sin restricciones.

ORACIONES Y PRÁCTICAS

Se va al templo para venerar y hacer una ofrenda a Buda, representado por una estatua, a menudo rodeada de divinidades secundarias.
En el Mahayana, todos son llamados a convertirse en Buda mediante el desprendimiento de cualquier pasión y la meditación que lleva a una justa percepción de la realidad. Algunas escuelas, como el zen, insisten sobre el esfuerzo necesario (posición sentada, paradoja intelectual, disciplina, relación con el maestro, Visualización); otra, como la Tierra Pura, abren ampliamente las puertas del paraiso. Los monjes, y en menor medida las monjas, representan un papel importante por el ejemplo y la enseñanza que perpetúan.


ALIMENTACIÓN

En principio, los budistas se abstienen de bebidas embriagantes; muchos, sobre todo los monjes, son vegetarianos.
DESDE EL NACIMIENTO HASTA LA MUERTE

El budismo tiene ceremonias específicas tanto para el nacimiento como para la muerte que difieren de un país a otro. La entrada al monasterio, con los votos provisionales o perpetuos, es un momento importante.
PRINCIPALES FIESTAS

Todos los meses la luna llena es ocasión de una fiesta. En el Vesakha, la tradición theravada celebra a la vez el nacimiento, la iluminación -bodhi- y la extinción final -paranirvana- de Gautama Buda que la corriente mahayana festeja independientemente. Asala recuerda la primera predicación en Benarés y Khatina marca el final del retiro de los monjes en la estación de las lluvias. En el mahayana se festeja también a los maestros de las diferentes escuelas










UBICACIÓN GEOGRAFICA



BIBLIOGRAFIA
·         WWW.GOOGLE.COM

viernes, 30 de agosto de 2013

ETICA Y RESPONSABILIDAD SOCIAL

ETICA Y RESPONSABILIDAD SOCIAL

Una responsabilidad ética, y no hay ética si no hay libertad y voluntariedad más allá del control y de la regulación a cargo del Estado. Claro que es muy tentador tratar de conseguir los resultados deseados por la vía directa de la coacción, la prohibición y el control, pero, desengañémonos, esto siempre ha dado malos resultados para las personas -y, a la larga, para los resultados
No hay una única visión, conducta o esencia de lo que aquí se nombra como “las personas”, algo así como una meta estándar a alcanzar como tipología de conducta, creencias o buenas prácticas; sino que su particularidad y definición emerge de cada individuo en su propio contexto específico de interacción. El individuo encuentra su propio sentido para ser y hacer en el mundo de modo ético y responsable una vez que ha encontrado el máximo valor que le puede dar a su vida y a sus circunstancias cotidianas.
El sentido personal puesto en cada actividad del quehacer organizacional y de su visión o gestión de la Ética y la Responsabilidad Social le dará la profundidad necesaria para enfrentar y liderar los vertiginosos procesos socioculturales sin desorientarse.
Si, como se viene describiendo, el escenario social es cada vez más complejo e incierto, es muy probable que conocer dicho contexto de interacción y contribuir a alinearlo con la ética individual, debería resultar central para cualquier estrategia. En ese punto podrá encontrar su mayor fortaleza y su mayor riqueza.
Generar estrategias de Responsabilidad Social considerando el desarrollo interno y evolución de la RSE así como el de las dinámicas socioculturales de las que participa, puede, sin duda, tomar varios caminos y serán eventualmente beneficiosas tanto para la organización como para la sociedad en su conjunto. Considerar la ética individual y la responsabilidad personal, sin embargo, es un punto de apoyo para garantizar que la generación de valor se eleve hacia su máxima altura.


ÉTICA

UN CAMBIO PARA LA ÉTICA ACTUAL



Vivimos inmersos en un proceso económico, cultural y político que se caracteriza por el impacto de las tecnologías de la información y de la comunicación en todos los ámbitos de la vida. Nos hemos acercado comunicacional mente, hemos multiplicado nuestra riqueza planetaria y nuestros recursos para un mayor bienestar. Sin embargo también se ha duplicado la pobreza y las tasas de distribución de esta riqueza reflejan una gran desigualdad entre sus poseedores, personas, países y continentes.

Además el impacto de las tecnologías está provocando un auténtico cambio epocal, ya que al crecimiento económico y tecnológico se le suma un entramado cultural y político nuevo, producto de la nueva disposición de poderes transnacionales liderados política y económicamente por EEUU.

La educación que ha sido el campo por excelencia donde se han aplicado los resultados de avances de la psicología cognitiva experimentó un descontrol por el abanico de propuestas que se estaban generando; dentro de la misma psicología algunos cognitivistas intentaron reorientar sus proyectos hacia la moral de las virtudes como fue el caso de Kholberg, “Cabe destacar que Kohlberg despreció durante mucho tiempo el ámbito de la educación del carácter por su planteamiento de «saco de virtudes», acusándole de elegir, en cierto modo arbitrariamente, virtudes de entre una gran variedad. Aristóteles (1987), algo irónicamente, aducía que la virtud principal que aportaba coherencia a las demás era el razonamiento práctico, esencialmente la capacidad de razonar correctamente


Una vez superada la infancia, el ser humano normalmente posee no sólo capacidad sensorial sino también capacidades mentales «superiores» como la conciencia de sí y la racionalidad. Además, es un ser muy social, capaz -exceptuando los casos patológicos- de amar, criar, cooperar y tener responsabilidades morales (lo que implica la capacidad de guiar sus acciones a través de principios morales e ideales). Quizás, estas capacidades mentales y sociales pueden proporcionar sólidas razones para atribuir a las personas un mayor derecho a la vida que a cualesquiera de los demás seres sensibles.
Un argumento a favor de esta conclusión es que las capacidades específicas de las personas les permiten valorar su propia vida y la de otros miembros de sus comunidades más de lo que hacen otros animales. Las personas son los únicos seres que pueden planear el futuro, y que están a menudo obsesionadas por el miedo a una muerte prematura. Quizás esto signifique que la vida de las personas vale más para sus poseedores que la de las no personas sensibles. Si es así, matar a una persona es un mal moral mayor que matar a un ser sensible que no sea persona. Pero también es posible que la ausencia de temor ante el futuro tienda a hacer que la vida sea más placentera -y tenga mayor valor- para las no personas sensibles de lo que es nuestra vida para nosotros. Así, tenemos que buscar otro fundamento del superior estatus moral que la mayoría de las personas (humanas) se atribuyen mutuamente.



UN CAMBIO PARA LA ETICA ACTUAL



Vivimos inmersos en un proceso económico, cultural y político que se caracteriza por el impacto de las tecnologías de la información y de la comunicación en todos los ámbitos de la vida. Nos hemos acercado comunicacionalmente, hemos multiplicado nuestra riqueza planetaria y nuestros recursos para un mayor bienestar. Sin embargo también se ha duplicado la pobreza y las tasas de distribución de esta riqueza reflejan una gran desigualdad entre sus poseedores, personas, países y continentes.

Además el impacto de las tecnologías está provocando un auténtico cambio epocal, ya que al crecimiento económico y tecnológico se le suma un entramado cultural y político nuevo, producto de la nueva disposición de poderes transnacionales liderados política y económicamente por EEUU.

La educación que ha sido el campo por excelencia donde se han aplicado los resultados de avances de la psicología cognitiva experimentó un descontrol por el abanico de propuestas que se estaban generando; dentro de la misma psicología algunos cognitivistas intentaron reorientar sus proyectos hacia la moral de las virtudes como fue el caso de Kholberg, “Cabe destacar que Kohlberg despreció durante mucho tiempo el ámbito de la educación del carácter por su planteamiento de «saco de virtudes», acusándole de elegir, en cierto modo arbitrariamente, virtudes de entre una gran variedad. Aristóteles (1987), algo irónicamente, aducía que la virtud principal que aportaba coherencia a las demás era el razonamiento práctico, esencialmente la capacidad de razonar correctamente


Una vez superada la infancia, el ser humano normalmente posee no sólo capacidad sensorial sino también capacidades mentales «superiores» como la conciencia de sí y la racionalidad. Además, es un ser muy social, capaz -exceptuando los casos patológicos- de amar, criar, cooperar y tener responsabilidades morales (lo que implica la capacidad de guiar sus acciones a través de principios morales e ideales). Quizás, estas capacidades mentales y sociales pueden proporcionar sólidas razones para atribuir a las personas un mayor derecho a la vida que a cualesquiera de los demás seres sensibles.
Un argumento a favor de esta conclusión es que las capacidades específicas de las personas les permiten valorar su propia vida y la de otros miembros de sus comunidades más de lo que hacen otros animales. Las personas son los únicos seres que pueden planear el futuro, y que están a menudo obsesionadas por el miedo a una muerte prematura. Quizás esto signifique que la vida de las personas vale más para sus poseedores que la de las no personas sensibles. Si es así, matar a una persona es un mal moral mayor que matar a un ser sensible que no sea persona. Pero también es posible que la ausencia de temor ante el futuro tienda a hacer que la vida sea más placentera -y tenga mayor valor- para las no personas sensibles de lo que es nuestra vida para nosotros. Así, tenemos que buscar otro fundamento del superior estatus moral que la mayoría de las personas (humanas) se atribuyen mutuamente.